martes, 24 de febrero de 2009

San Sebastián es diferente

Esta película, El infierno vasco, de Iñaki Arteta, se ha proyectado, fugazmente, en Bilbao y Vitoria. En San Sebastián no. San Sebastián es diferente. Me ha parecido entender, en una entrevista a su director, que en la Bella Easo ninguna sala ha querido programarla. A lo mejor es que la reservan para el próximo Festival Internacional de Cine o Zinemaldia. Tampoco he escuchado a ningún candidato decir que, si gana las elecciones, la pondrán en alguno de los cuatro canales (¿o son cinco?) de la Televisión Pública Vasca. Pero puede que se me haya pasado. Lo que si parece descartado es que la Consejería de Educación, o la de Cultura, del Gobierno vasco vaya a fomentar su difusión en colegios y centros culturales. Vamos, ni que Arteta fuera Julio Medem.

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6 comentarios:

  1. Todavia estoy esperando que los partidos politicos que se presentan a estas elecciones nos digan porque la N-1 va a ser de pago. Y todos están de acuerdo en eso. Los del PNV,PSE; PP y EA unidos como hermanos.

    Todos son iguales.

    Anonimo Garcia.

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  2. Es que en asuntos recaudatorios hay una clamorosa unanimidad.

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  3. Ya sé que no es cuestión de compararme con nadie, ni a favor ni en contra, quiero decir, ni por ponerme por encima ni por quedarme por debajo. Pero a propósito de lo que dices de las Consejerías de Educación y Cultura del Gobierno Vasco en la difusión de la cultura, en este caso de una película, te contaré, Juan Luis, el caso de mi libro "La identidad maketa".

    Este libro se editó a finales del 2006. Por el mismo tiempo, quizá unos meses después, se editó, por la editorial Txalaparta, el libro "Los nuevos vascones" de José María Pérez Bustero. En este libro se relatan en forma novelada las experiencias de unos inmigrantes al País Vasco, procedentes de diversas zonas de allendelebro. Tiene su miga (yo me lo he leído) el itinerario que siguen los personajes del mismo, que, curiosamente, acaban considerando, todos, que Euskalherria es su tierra de promisión y que por tanto tienen que abogar por su independencia.

    Bien. Hasta aquí lo ya sabido. El libro lo presentó el autor junto con el bertsolari Jon Maia (que por entonces creo que ya había publicado Riomundo, que también va del mismo tema de la "integración" de los inmigrantes de otras partes de España al País Vasco) y del hermano de Txiki.

    Si ahora entras en la página Web de las Bibliotecas Públicas del País Vasco (Euskadiko liburutegiak) verás que el libro en cuestión está presente en 44 bibliotecas públicas del País Vasco. El mío en tres. La red de Bibliotecas Públicas Vascas se nutre de lotes de libros subvencionados por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, que hace previamente la selección de los mismos.

    En los lotes de libros seleccionados por el Gobierno Vasco para las Euskal Etxeak de la Diáspora, no van ni los de Raúl Guerra Garrido ni los de Caro Baroja. Ya sé que las comparaciones son odiosas. Pero a mí me permiten concluir que voy por el buen camino. Quizá sólo sea hacerme ilusiones, pero a mí me valen.

    Abrazos maketos.

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  4. Es que has puesto el dedo en la llaga, Pedro. Tal cual. De eso se ha tratado y se trata. De inventar y promocionar una identidad vasca a medida de los intereses del nacionalismo. Y, a partir de ahí, sálvese quien pueda y a chupar del bote que son dos días. Todo debidamente bendecido. Amén.

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  5. El otro vi a Iñaki Arteta en Intereconomía. Nada de lo que estaba diciendo en la entrevista me sonaba a novedad y, sin embargo, no me libré de la sensación de extrañeza, de estar perdida en medio de un paisaje que no reconozco. En psicología son recursos del cerebro para aislarnos del horror y del esperpento. En mi tierra eran muy benéficas estas sensaciones; aquí también, pero aquí tienen el añadido de la distancia y, por lo tanto, pierden algo de fuerza. ¿Nos mirarán así el resto de los españoles? Porque, si vamos caminos de serles indiferentes, ¿qué nos salvará al final?

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  6. Yo también le vi, Mertxe. Creo comprender lo que quieres expresar pero no se trata de extrañeza, es mucho peor. Los vascos que viven fuera terminan por "olvidar". Es natural. Me pasa a mi cuando estoy una semana alejado. La libertad se añora cuando falta.

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