Al fin los políticos se han puesto de acuerdo para meterle otro bocado al patrimonio natural y al medio ambiente de la bahía de Txingudi: ampliarán 200 metros el aeropuerto de Hondarribia. El consejero de Obras Públicas saca pecho señalando que han logrado en cuatro meses lo que el Gobierno vasco anterior no logró en ocho años. Pues qué bien. Como todo sea para hacer este tipo de chapuzas...
No les basta con un aeropuerto a 20 kilómetros, Biarritz; un segundo a 90, Pamplona; un tercero, a 100, Bilbao y, finalmente, otro a 125, Vitoria; todos ellos comunicados por autopistas de pago, naturalmente. Al parecer si no tienes un aeropuerto a tiro de lapo no eres nadie. Ser o no ser. Así que, hala, vamos a gastarnos una pasta –antes de que termine de vaciarse la caja- y manos a la obra. Lo del informe de impacto ecológico ya se arreglará más adelante.
Los precios para volar a Madrid y Barcelona seguirán siendo “escandalosos”, debido a que las compañías de “bajo coste” continuarán sin poder meter sus aeronaves de gran capacidad.
Es previsible que los dos destinos actuales sean accesibles mediante el tren de alta velocidad en unos pocos años.
Nada de eso importa. Aquí sólo cuenta vender el producto aeropuerto como sea.
El proyecto