martes, 31 de mayo de 2011

El vicio

Benjamingrullo, ayer en el Blog de Santiago González: “La superioridad moral es adictiva, sus efectos perduran incluso cuando uno deja de ser de izquierdas. Como un alcohólico, un superior moral nunca deja de serlo.”

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Adiós a Spotify, aunque aprovecharé las 10 horas mensuales de música que regalan. La vida se encarece tan rápido que no da tiempo a maquillar las estadísticas.

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A estas alturas vamos a descubrir a Rubalcaba. Sólo cabe una opción: desconectarse. Lo que resulta más complicado de lo que parece.










4 comentarios:

  1. Benjamingrullo, a quien creo que conozco bastante como bloguero, pero que, como a todo el mundo, y sobre todo hablando de blogueros, nunca conoceremos lo bastante, suelta aquí una de sus frases lapidarias a las que nos tiene acostumbrados ya. Lo cierto es que cuando las suelta, y yo soy el primero que se lo reconozco (aunque luego me diga que le intento manipular por la adulación: Benjamingrullo en estado puro) es capaz de tumbar el muro de Berlín él solito.

    En efecto, las izquierdas se apropiaron de la superioridad moral hace tiempo y todavía no han tenido a bien soltarla, cuando ya les viene muy pero que muy ancha. Y sobre todo en España, donde nunca entendieron el auge de los nacionalismos, por ejemplo, asunto capital para nuestra convivencia.

    Importaron una ideología exótica y pretendieron que el paisanaje se la tragara cual nuevo evangelio. Trajeron la mejora para los asalariados en la época en la que el capitalismo era cosa del patrón y sus obreros, nada que ver con lo que hoy tenemos, y mejoraron su condición, qué duda cabe, acudiendo a unos fundamentos teóricos e históricos que son los que desde siempre han movido a todas las voluntades (el poder siempre necesitó subterfugios ideológicos, relatos de origen y músicas celestiales). Pero también trajo muchos excesos, cuando pensaron que había un atajo para convertir el mundo en un nuevo paraíso estajanovista. Quizás en el balance tendríamos que poner mitad de logros y mitad de calamidades, como casi siempre ocurre.

    Solo falta que se bajen de una vez del machito y, sobre todo en el País Vasco, se den cuenta de que hoy lo que mueve la política en todas partes es la identidad. En el País Vasco toda la izquierda, desde la más radical a la socialdemócrata, toda, ya se retrató hace tiempo, convirtiéndose en mamporrera del nacionalismo vasco sabiniano, haciéndole a este el trabajo sucio de endosarnos a la fuerza una nueva identidad postiza a los inmigrantes del resto de España por el procedimiento del revolucionarismo patriótico, metiéndonos por la puerta de atrás en el paraíso sabiniano de caseríos de cartón-piedra, sin barro ni boñigas y con aldeanitos felices e hidalgos todos.

    Solo faltaba que Benjamingrullo se dejara caer por aquí, pero dudo bastante que lo haga. De hacerlo traería detrás su cohorte de admiradores y de detractores (los menos pero siempre necesarios para contrastar), pero su hábitat natural es el blog de Santiago González, efectivamente. Ahí se encuentra como pez en el agua entre los suyos. Son años ya de depurar la frase sentenciosa y original, con ese tono como inopinado y consuetudinario, trufado de metáforas brillantes y luminosas; años ya también de verse correspondido por sus iguales en el anonimato del blog de los remeros, donde el patrón suelta a diario su reflexión, comentario, análisis o incluso documento a debatir y luego los pajarillos van a picotear las migas, siempre, siempre igual. Tiene su aquel la cosa, digno de estudio, sin duda, y esto último lo digo sin coñas de ningún tipo.

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  2. Al margen de la opinión que tengas sobre Benjamingrullo, y sobre el blog de Santiago González, deduzco por tu comentario que estás plenamente de acuerdo con él. Convendrás conmigo en que esa actitud de superioridad moral, después de siglos de lo mismo por parte del catolicismo español, resulta, cuando menos, cansina e irritante. La moralidad se demuestra con hechos y los hechos de la izquierda, aquí y allá, antes y ahora, hablan por sí solos en cuanto se les conoce o, mejor, en cuanto uno se preocupa de rascar un poquito en la superficie mediática y en la corrección política dominante. Es pura memoria histórica.

    Saludos.

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  3. Yo sigo creyendo en la verdad de la historia. Las cosas fueron de una determinada manera, no de otra. Independientemente de la interpretación que luego les queramos dar, los hechos históricos son tozudos.

    No se puede admitir de ninguna de las maneras que España es lo facha y que Euskal Herria tiene que salvarse de lo español facha independizándose. Sigo leyendo cosas en Berria de gentes que piensan que en euskera sólo les entienden los suyos. Son gentes que hoy en día están en la Universidad dando clases. Siguen diciendo que España es el paraíso de la corrupción y de la xenofobia. O sea, la cosa es seguir insistiendo en que España es yuyu y que la única forma de salvarse del contagio es independizándose. Son separatistas xenófobos de nuevo cuño que dicen que el xenófobo es el otro.

    Este tópico viene desde Sabino Arana. Sigue igual. A los que equiparan lo español con lo facha hay que decirles que entonces están equiparando a Navarra y a Alava con lo facha, porque ambos territorios (y el primero lo hizo espontáneamente y reclutando más voluntarios que ningún otro territorio español), se sumaron a la causa franquista desde el minuto uno. Y que, por otro lado, Madrid, la capital de la España facha para los izquierdistas de por aquí, jamás cayó ante el acoso franquista y se mantuvo republicana hasta la derrota final. Luego vino lo que vino, pero los orígenes deben quedar muy claros.

    A las izquierdas españolistas de por aquí, que ya apenas quedan, porque el virus vasquista las tiene ya casi absolutamente abducidas, se les ha olvidado que ellas fueron las únicas que defendieron la provincia de Guipúzcoa de los requetés en 1936. Porque los nacionalistas estuvieron missing hasta que Prieto les consiguió el Estatuto. Y que luchaban por la España republicana, no por ninguna Euskal Herria ni nada que se le pareciera.

    Esta es la historia y estos son los datos.

    La España franquista estuvo integrada desde el principio por Navarra y Alava, que conforman más de la mitad del territorio que los abertzales llaman Hegoalde.

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  4. Hace tanto tiempo que esto de las izquierdas y las derechas dejó de interesarme que, lea lo que lea sobre sus supuestas esencias, me deja fría.
    ......

    Tuve una estrafalaria experiencia con Spotify y desde entonces prefiero el mp4 alimentado por mí misma.
    ......

    Ya digo que una se desconocectó (de éstos alfredos cíclicos) hace años. Ya ni siquiera me aburren.

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