“-¿Hay alguna manera especial de evitar el dolor?
-Si, hay una manera.
-¿Es una fórmula, o un procedimiento o qué?
-Es una manera de agarrarse a las cosas. Por ejemplo, cuando yo estaba aprendiendo sobre la yerba del diablo, era demasiado ansioso. Me agarraba a las cosas de la misma manera que los niños se agarran a los dulces. La yerba del diablo es un camino entre cantidades de caminos. Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como sea necesario. Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Luego hazte a ti mismo una pregunta: ¿tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y otro no. Uno hace gozoso el viaje. El otro te hará maldecir la vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.”
Carlos Castaneda, Las enseñanzas de don Juan. Ed. F.C.E.
Buenísimo. Es exactamente como él lo dice.
ResponderEliminarSaludos
En la consulta del dentista me recibía siempre una mujer de mediana edad, digamos, con pasado vivido y con el momento justo para plantearse si el resto de su vida iba a seguir en la consulta de mi dentista recibiendo a los pacientes y ayudando luego dentro a la odontóloga a darle las pinzas y los útiles necesarios para su trabajo.
ResponderEliminarUn día me dijo que ya no iba a seguir más allí, que la próxima vez estaría otra persona y me dio una tarjeta de una librería que yo conozco, de las pocas que tengo cerca, que abrió hace poco y que tenía pinta de ser "algo más" que la típica librería-papelería. Le dije que yo esa librería la conozco y que nunca la había visto a ella por allí. Y me dijo: me verás a partir de ahora. Seré yo la nueva librera. Le dí la enhorabuena y le deseé suerte para su nuevo trabajo.
Cuando paso por la librería la veo detrás del mostrador o arreglando cosas entre las estanterías. Le veo la expresión de la cara sin que ella se dé cuenta de que la observo (o eso me parece a mí).
Y lo siento pero tengo que decir lo que me pareció cuando la ví por primera vez en su nuevo trabajo: me pareció, por la expresión de su rostro, que estaba como pidiendo perdón por hacer lo que le gustaba.
Abrazos.
Me gusta este camino y por eso sigo viniendo. Gracias
ResponderEliminarun abrazo
Olvido
Gracias, Olvido.
ResponderEliminarUn beso