jueves, 3 de enero de 2013

Grabados de Durero en Burgos

El gran carro triunfal de Maximiliano (detalle)

No hay duda de que para el aficionado una exposición de grabados de Durero siempre tiene interés. Esta que se realiza en la Casa del Cordón burgalesa, compuesta por más de un centenar de piezas, lo tiene y mucho.

En ella podemos ver algunas de las piezas clásicas de este artista del Renacimiento alemán, como La melancolía, San Eustaquio o El caballero, la muerte y el diablo. Apreciamos la gran calidad técnica de su trabajo, la espléndida minuciosidad de su dibujo y la imaginación que derrocha en la creación de sus monstruos particulares y en sus animales.

San Jerónimo en su estudio

Es notable el interés que muestra por la arquitectura y por lo arquitectónico en la composición de sus temas, tan propia del Renacimiento, así como el gran detallismo en cuanto a indumentarias, tocados, adornos, elementos decorativos y todo tipo de objetos.

Destacables son también los paisajes que cierran a modo de marco sus composiciones: ciudades en la lejanía, palacios, iglesias, ruinas…

Durero era hijo de un orfebre húngaro. Nació en Nüremberg en 1471 y murió en esta ciudad alemana en 1528. En 1512 es nombrado pintor de corte –con renta fija- por el emperador Maximiliano I. A la muerte de este acude, en 1520, a la consagración de Carlos V en Aquisgrán.

Melancolía

En los Países Bajos conoce a Erasmo de Rotterdam y se entera del arresto de Lutero, de cuya Reforma es un gran partidario.

Esta exposición se centra en la temática religiosa cristiana, es decir, en episodios de la vida de Cristo y en algunas escenas extraídas del Antiguo Testamento. En mi opinión resulta algo exhaustiva en este sentido pero, como he señalado, el interés es alto.

Además de las copias en papel podemos ver también algunos libros de la época ilustrados por el alemán.

Hasta el 8 de enero.

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