Interesante la serie española Legado, protagonizada por el gran José Coronado, que interpreta a un magnate de los medios de comunicación.
Hay de todo en esta serie y poco bueno: corrupción a mansalva, conflictos familiares, delitos varios, drogas, fiestas, sexo, compraventa de voluntades, etc. Todo muy intenso, a veces incluso demasiado. Lo único original es que, por una vez, los protagonistas son de izquierdas. La izquierda al desnudo podría haberse titulado.
Y todos son perfectamente reconocibles para los que conocen la actualidad: desde el actual presidente del Gobierno, el diario de referencia y su correspondiente holding, el partido podemita, policías corruptos y chantajeadores, fondos de inversión… No falta nadie de los amos de la política española de los últimos años. Como dicen en varias ocasiones, “el gobierno más progresista de la democracia”.
Lo más gracioso de todo es que esta gente tan progresista y tan corrupta, amén de pijos, es que, en el fondo se creen tocados por el dedo divino, se consideren el colmo de la moralidad y, en caso de duda, siempre serán mejores que la pérfida derecha y los no menos pérfidos curas, es decir, obispos.
Como dice la podemita ministra sólo falta que además de arruinarnos gane la derecha.
Coronado, a lo largo de los capítulos, va soltando verdades incorrectas. Una de ellas es la de la santa Transición. En opinión de este señor, que se las sabe todas porque estuvo allí y lo vio todo –además de protagonizarlo–, la Transición fue un pacto mediante el cual los franquistas aprobaron las leyes que trajeron la democracia a cambio de continuar con sus negocios, corrupciones y privilegios.
“Nosotros siempre hemos actuado dentro de la ley”, suelta el magnate. “Claro, le responde un ministro, porque las leyes las hicísteis vosotros.”
¿Cabe alguna esperanza de que este avasallamiento concluya alguna vez?
Poca. En la serie el futuro queda simbólicamente en manos de la hija pequeña, tan pija y tan corta como sus mayores, pero…
No hay comentarios:
Publicar un comentario