
Esta deliciosa página web, dedicada a reproducir fotogramas de películas, me recordó que tenía pendiente de ver Días del cielo, de mi admirado Terrence Malick. Como la obra data de 1978 no tenía muchas esperanzas de cumplir mi deseo, salvo que la pasaran por televisión (y coincidiéramos). Pero hete aquí que, un par de días más tarde, descubro que existía una versión en dvd en mi biblioteca favorita. Y, además, estaba disponible en préstamo.
Uno de los atractivos de Días del cielo está en su mestizaje entre el documental y la ficción. Asistimos a una descripción de la vida de los braceros que cosechan trigo en una gran hacienda texana hacia 1915. Este documental se caracteriza por un gran lirismo en su forma narrativa. Por otra parte su argumento se centra en un desclasamiento (tema habitual en Malick): una pareja que se las arregla para, temporalmente y mediante el engaño, pasar del proletariado al ámbito social de los terratenientes.
Está interpretada por un joven Richard Gere, que aparece muy contenido para lo que suele ser habitual en él y por Brooke Adams, una actriz de expresión más bien extraña. El tercer protagonista es el polifacético y atractivo Sam Shepard que da sus primeros pasos en la interpretación.

La película (encantadora) me confirma, una vez más, que lo importante no es lo que se cuenta sino la forma de hacerlo. De nuevo salta aquí la cuestión del estilo: las imágenes son una hermosura: las panorámicas, los contraluces, los detalles de la naturaleza (marca de la casa Malick) que salpimentan la cinta.
Los directores de fotografía, pese a su importancia en el cine, suelen quedar en segundo plano. De la misma forma que detrás de muchas obras del taiwanés Wong-Kar-Wai tenemos a Christopher Doyle, aquí topamos con Néstor Almendros, que recibió un Oscar por este excelente trabajo.
Malick ha hecho muy pocas películas (desapareció durante veinte años después de ésta), pero todas las que he visto me han gustado. Me falta la primera, Malas tierras, pero ya la tengo localizada. Gran invento el dvd.
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Buscando sobre Christopher Doyle encuentro estas declaraciones suyas.
“Lo extraño de Occidente, o no tan extraño, es que la gente está perdida. En serio. La gente está perdida, ya se eche la culpa al 11 de septiembre o a la educación en las escuelas. Da igual qué tenga la culpa. Mientras que en Asia la gente está encontrando su voz. Ha sido un largo viaje. (...) El actual clima en la mayoría del mundo occidental es, por supuesto, antiartístico, porque la función del artista es abrir los ojos a la gente, lo que no es la función de una meritocracia construida sobre el petróleo tejano. Y cada persona en el mundo real contempla esto y por eso se hacen las películas que se hacen. Porque cuando no se tiene libertad, ni se tiene integridad, se tiene que volver a hacer lo que ya se ha hecho antes”.
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Algunos poemas de Shepard.
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(¡ufff con el Shepard...!)
ResponderEliminarDesde luego...
ResponderEliminarNo conozco su teatro pero he leído algunos relatos y están muy bien.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNací sumido en el "buen estilo" del cine estadounidense pero, quizá precisamente por eso, nunca me ha interesado demasiado. Agradecí, desde muy niño, las pocas alternativas que la televisión pública brindaba al sumatorio (o integración en los mejores casos) del trabajo de aquellos maravillosos profesionales de Hollywood. Después de la frialdad de toda aquella perfección, recuerdo siempre con agrado (e incluso con alivio) las torpes, lentas y aburridas películas alemanas o los stop-motions checos.
ResponderEliminarUn abrazo.