Este artículo de Gabriel Albiac , Perversa infancia, me deja un regusto amargo, como no podía ser de otra manera. El ser humano, visto desde la óptica de Spinoza y de Freud, parece reducido a una marioneta en manos del deseo, y no seré yo quien les enmiende la plana a los dos insignes filósofos (al fin y al cabo, Freud bien puede pasar por filósofo).
Blog del escritor Juan Luis Seisdedos. --Aquí hay de todo. Si estás interesado deberías dirigirte al Índice. --Por arte de birlibirloque algunas fotos han desaparecido. Habría que preguntarle a Google. Yo lo he intentado, pero no contesta.
sábado, 25 de julio de 2009
El hombre del "Ovni"
El encargado de la atracción para niños El Ovni, es un hombre delgado, de pelo canoso, y de corta estatura: apenas sobrepasa la altura de sus clientes más altos. Lo que me llama la atención de él, al margen de su tamaño y de lo escueto de su figura, es la frenética actividad que despliega y el nerviosismo que reflejan sus movimientos inquietos. Se ocupa de redirigir a los clientes hacia la taquilla vecina para adquirir las fichas, de recoger éstas a la entrada, de cerrar y verificar el ingenio mecánico, de velar para que todo discurra con orden y concierto. Debe ocuparse también de negociar con los chicos que pretenden camelarle para que les deje subir gratis. Pese a su manifiesta inquietud, lo hace todo con interés y amabilidad.
Mientras el artilugio da vueltas, con un grupo de niños agitándose gozosos en su interior, el hombrecillo deja a un ayudante al mando y sale disparado. Reaparece, al cabo de unos minutos, con un par de refrescos que ha adquirido en un bar próximo. Al contemplar sus evoluciones me digo que así son las vidas de tantas gentes, una agitación un poco absurda, un moverse de aquí para allá sin demasiado sentido. Y no precisamente en tratos permanentes con los niños.