miércoles, 23 de enero de 2013

Arbol varado


Los temporales arrojan todo tipo de ramas y de vegetación al río. El río las acerca hasta su desembocadura y terminan arrambladas en la playa, en las orillas del cauce o en la propia bahía. Junto a estos elementos naturales la corriente trae todo tipo de plásticos y de desechos que la ignorancia humanas, cuando no la prepotencia, vierten en el agua. A veces, como en este caso, los árboles enfermos o viejos terminan flotando a la deriva y varados en los fangos. Cormoranes, gaviotas y patos hacen de ellos descansaderos improvisados.

El árbol varado. 



En las marismas del Bidasoa estas viejas chalupas se usan -cada vez menos- para desplazarse entre las islas durante las pleamares. Unos palos clavados junto a la orilla sirven para amarrarlas.

Viejas chalupas.




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