HA HABIDO tormentas y chaparrones
durante toda la noche. Por la mañana, las nubes continúan incrustadas en las
laderas. En el cielo apenas queda algún resquicio abierto. La luz ha vuelto a
apagarse, tras días soleados, y el suelo está lleno de charcos. Me asomo a los
solitarios jardines de Pierre Loti, sobre la bahía. Un hombre envuelto en una
gabardina, acompañado por su perrito, se sienta en uno de los bancos frente al
mar. Apenas hay gente en el paseo. El aire huele al incomparable perfume de la
tierra mojada tras semanas de sequía. Voy y vengo un rato por la bahía. Un pato
se aproxima para salir en la foto. Cuando regreso a mi vehículo empieza un
chaparrón.
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