jueves, 22 de mayo de 2014

El incomparable perfume de la tierra mojada


HA HABIDO tormentas y chaparrones durante toda la noche. Por la mañana, las nubes continúan incrustadas en las laderas. En el cielo apenas queda algún resquicio abierto. La luz ha vuelto a apagarse, tras días soleados, y el suelo está lleno de charcos. Me asomo a los solitarios jardines de Pierre Loti, sobre la bahía. Un hombre envuelto en una gabardina, acompañado por su perrito, se sienta en uno de los bancos frente al mar. Apenas hay gente en el paseo. El aire huele al incomparable perfume de la tierra mojada tras semanas de sequía. Voy y vengo un rato por la bahía. Un pato se aproxima para salir en la foto. Cuando regreso a mi vehículo empieza un chaparrón.

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