¿Alguien se acuerda ya de Beatriz? Seguro que muchos ya la han olvidado. Las cosas del sanchismo van trepidantes y unas fechorías y/o incompetencias ocultan a las anteriores. Ahora ya nadie habla de Beatriz y toda la atención ha recaído en Leyre la fontanera.
Beatriz, os recuerdo, es esa socialista encargada del organismo que se ocupa del abastecimiento eléctrico nacional y responsable del apagón que se produjo el pasado 28 de abril.
Pues bien, transcurridas seis semanas del oscuro evento, ni Beatriz ni su jefe, un tal Sánchez, han informado sobre la causa de semejante descalabro energético. El Gobierno, eso sí, se ha apresurado a desmentir escandalizado todas y cada una de las explicaciones que unos y otros han emitido sobre el asunto. Es más, las han calificado como bulos.
Pero hete aquí que Beatriz ha sido desbancada en el efímero y ardiente trono mediático por otra socialista bien remunerada, Leyre la fontanera, otra lumbrera del socialismo patrio.
Esta Leyre ha sido pillada espiando a la guardia civil judicial (UCO) para echarle una mano a su jefe Sánchez que anda metido en turbios asuntos que rozan obscenamente el delito.
Pero Leyre no ha optado por el silencio y esperar a que escampe, como su compañera de militancia (la de las luces), sino que se ha apresurado a reaccionar. Debe ser una hiperactiva.
Leyre ha desempolvado su carnet de periodista y ha declarado en una rueda de prensa sin preguntas, es decir, en una no rueda de prensa, que su persona no espiaba sino que investigaba a los de la UCO con la finalidad de escribir un libro sobre ¡”los estragos del falso patriotismo”!
¿Y qué tienen en común Beatriz y Leyre además de su, a buen seguro, muy sincero patriotismo? Dos cosas al menos: 1. Haber hecho sus carreras políticas a la buena y progresista sombra del PSOE y 2. Haber cobrado una pasta por ello.
Suma y sigue.
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