Transcribo algunas citas del artículo:
Cuanto más ignorante es una población, más ideologizada está, vean los países árabes.
… los judíos españoles se repartieron por todo el mapa de Europa y de África, hasta lugares tan alejados como Estambul y Sofía donde regaron su sabiduría. En todas las ciudades europeas se formó un grupo de sefarditas que influyeron y enriquecieron a las sociedades de acogida, hasta que el maldito nacionalismo (que es un modo suave de llamar al racismo) comenzó a asesinarlos.
… se trataba (Canetti) de un judío que escribía en alemán y sin resentimiento.
… dos son sus obsesiones casi patológicas, una es él mismo, y otra la muerte.
un hombre consumido por las pasiones de la bilis negra y la cólera. En cambio, sus momentos luminosos, aquellos que se reconocieron para concederle el Nobel, son los muy elevados comentarios sobre Kafka, Robert Walser, Montaigne o cualquiera de los muchos escritores a los que admiraba profundamente.
Yo no sé a ustedes, pero a mí este hombre irascible y genial, marcado por sus irritantes defectos y sus intuiciones sublimes, me parece un perfecto intelectual español. Judío, sí, pero judío español.
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