viernes, 6 de junio de 2014

El imbécil de las llamadas o cómo combatir el spam telefónico



Un imbécil (aunque no descarto que se trate de una "imbécila") lleva una semana llamando por teléfono a todas horas a mi casa, aunque, eso sí, en horario laborable. Descuelgo, el tipo permanece en silencio y cuelga. Llama desde un número oculto.

En cuestión de imbéciles no se puede descartar nada, pero me malicio que este cretino se está vengando de mi estrategia para combatir el spam telefónico, actividad en boga que considero una intromisión en la intimidad por parte de extraños y, en consecuencia, digna de ser combatida por todos los medios a mi alcance, que son pocos, mal que me pese.

Parto de la base de que nadie tiene derecho a llamar a mi casa –territorio inalienable, al menos por el momento- para venderme nada. Pero como las prepotentes empresas de telefonía hacen públicos nuestros números y nuestros domicilios sin nuestra autorización y como, además, ninguna autoridad legal pone remedio a este allanamiento de la intimidad, no queda otra, si quieres disponer de un teléfono, que tragar.

En consecuencia tus datos personales están al alcance de cualquiera y cualquiera, en efecto, te llama a tu casa cuando le sale de los huevos y puede hacerlo además desde un número oculto y no pasa nada. Te tienes que aguantar. Yo, después de darle varias vueltas al asunto, he llegado a la conclusión de que ninguna solución es perfecta así que me voy apañando como puedo siguiendo el siguiente protocolo:

1. Nunca levanto el teléfono si no aparece un número. Así que nada de llamadas ocultas .

2. Si aparece un número –lo que tampoco es garantía de nada, desde luego- o si espero una llamada urgente, digo “oui” o “si”, según de qué humor me pille, y espero a ver lo que dicen. Si es spam, como suele, dejo hablar al sujeto y me voy, o bien cuelgo directamente, sin mediar explicación alguna.

Sí, ya sé que mucha gente trabaja en este tipo de empleos, que se ganan el pan y todo eso. Pero yo no tengo por qué aguantarlos y el silencio como respuesta entra en el salario. Si luego el tipo me machaca, como éste que acabo de comentar, demuestra que es un imbécil y un tarado. Nada más. Ni menos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario