A las 10 de la mañana, una bruma de grano fino vela sutilmente el paisaje, lo desdibuja con su manto delicado y transparente. La luz, triste e indecisa, remolonea en el aire. Una hora después, la bruma desaparece. Surge un día de luces cambiantes, luminosas, platas y oros. El refinado otoño.
El refinado otoño me ha hecho recordar a Keats, que tiene una poesía magistral dedicada a esa estación. En la tercera parte dice así:
ResponderEliminar"¿Dónde están las canciones de la primavera? ¿Dónde? / Tú no pienses en ellas: también tienes tu música / mientras flores listadas florecen el ocaso / y tocan los rastrojos con un matiz rosado..."
Dicen que los recuerdos no son casuales, y éste me parece muy sospechoso. (Me lo advierte mi estado de ánimo.)
Buenas tardes, Juan Luis, y de nuevo gracias por estas fotografías.
Gracias, Mertxe. A Keats me lo he perdido. A ver si lo alcanzo por algún lado. Me fío de tus sugerencias. Te debo a Annie Ernaux.
ResponderEliminarUn abrazo
Ah, oui? Tu l'as enfin retrouvée?
ResponderEliminarPor fin, la muy interesante Ernaux, sí. He leído los libros sobre el aborto, su padre, su madre, el alzeimer de su madre, la relación con el marido de la Otra, y el aborto juvenil. Estoy ahora con Les années, que es un ernaux diferente, más complicado, literario (discursivo), retórico, ideológico. Pero todavía me queda bastante, afortunadamente. Tiene una autenticidad inusual y un francés delicioso y versátil. Se nota que ha ocupado esa plaza con mucho esfuerzo.
ResponderEliminarGracias por recomendarlo, Mertxe.