martes, 17 de junio de 2008

Tolosa, la antigua capital guipuzcoana

Aprovecho una gestión burocrática en Tolosa para visitar esta villa –que fue capital de Guipúzcoa durante diez años (1844-1854)- situada a orillas del Oria. Las calles sombreadas del casco antiguo -delimitado por el río y por la vía del ferrocarril-, resultan un paseo agradable en este mediodía soleado.


En esta primera imagen, tomada desde el paseo junto al Oria, se vislumbran tres de los edificios más destacados de la ciudad. En primer término, la estructura que alberga el mercado conocida como el Tinglado. A su derecha, el palacio de Idíaquez, de estilo barroco. Y al fondo, la voluminosa iglesia de Santa María, comenzada a mediados del XVI y rematada un siglo después.


La casa consistorial, a la derecha de la imagen, del siglo XVII y estilo barroco, es un edificio porticado de proporciones armoniosas que configura, junto a edificios de viviendas y el palacio citado, una peqeña plaza de mucho encanto.


El acceso a la zona medieval puede realizarse a través de esta puerta neoclásica, denominada de Castilla, hoy exenta. Enfrente se alza una escultura de Jorge Oteiza. A lo ancho de la ciudad hay una apreciable muestra de escultura vasca al aire libre.


La plaza de la Verdura, otro de los lugares destinados a mercado con que cuenta Tolosa.


La impresionante severidad renacentista de la iglesia de San Francisco, de finales del XVI, construída por el fraile arquitecto Miguel de Aramburu. Tiene fama su retablo, también renacentista, obra de Ambrosio de Bengoetxea.


El monte Uzturre vigila el valle sobre el que se asienta la ciudad.