martes, 8 de septiembre de 2009

Josep Pla, "Un viaje frustrado"

-Yo tengo veinte años y Hermós cincuenta, pero él es mucho más joven que yo. La vida le deslumbra y a mí, a veces, me fatiga.

-No hay nada más duro que el agua de mar: es dura como el acero.

-Cuanto más irrisorio es un pueblo y menos personas lo habitan, menos se soportan. La idea de la fraternización y de la ayuda mutua es una idea de las grandes ciudades. En los lugares solitarios, en los que los contactos parecen indispensables y naturalísimos, es donde la gente es más individualista y más separada vive.

-El (Hermós) es un hombre solar, de ensalada de pimientos y tomate permanente. Yo soy más débil.

-Mi compañero de viaje (Hermós) agarra la cabeza del pescado con los dedos de una mano y la cola con los dedos de la otra y come las sardinas como si tocase la ocarina. Las devora por aspiración, chupando. La espina sale de la operación dibujada y limpia (…) Yo las como –modestia aparte- de un modo más académico: sobre el pan, pero con los dedos.

-He gastado una caja de cerillas y el fuego no se ha encendido. Me percato de que encender fuego no es algo tan primario y sencillo como pensaba. Se me cae la cara de vergüenza, siento una profunda sensación de ridículo. Toda mi petulancia y toda mi infatuación, en casi todos los aspectos de mi vida, han tenido este límite: constatar que no he sabido encender un fuego entre unas piedras (…) Lo más estúpido que tiene la vida es quizás la tendencia permanente a olvidar nuestra propia nulidad, nuestra indescriptible, intrínseca, necedad.

-Llevo diez días fuera de casa y empiezo a sentir una cierta fatiga. Hace muchos años que no tengo contacto con esta vida. Comiendo y bebiendo, siento el contacto del aire en la piel, la voluptuosidad de la luz, el calor divino del sol. Es agradable, magnífico… pero siento a la vez una especie de añoranza que me produce una fatiga interna. Una añoranza del aire inmóvil, de una luz más débil, de un sol más apagado. Pienso en la posibilidad de que la vida al aire libre, directa y sin límites que ahora llevamos, no sea muy compatible con el determinado grado de estupidez y entontecimiento producido por la cultura intensiva. Es decir: la tragedia es que llega un determinado momento en la vida en que sólo se puede tolerar el sol embotellado y el aire descrito en los libros. La cultura es una forma enfermiza de la vida.

-Cinco historias del mar se compone de: Bodegón con peces, Un viaje frustrado, Derrelictos, Uno de Bagur, El naufragio de Cala Gaviota.