martes, 29 de septiembre de 2009

La enajenada se ríe

Encuentro a la enajenada en el cruce de la variante, bajo la intensa lluvia, envuelta del cuello a los pies en un plástico transparente, acompañada de sus bolsas habituales.
Luce una descarada sonrisa en el rostro. Contempla pasar lentamente a los coches y se ríe.
Se ríe, sin duda, de todos los que estamos atrapados en el embotellamiento cotidiano de las 9 de la mañana, camino de cualquier sitio.

Una mujer


2 comentarios:

  1. Por estas mediterráneas calles transita una mujer muy parecida. Es una rebelde. No quiere nada con la tribu que acampa en la Plaza de Santa Ana, un totum revolutum de borrachos, drogadictos y desequilibrados porque sí. Ella baila sola. A veces la veo en la playa, da igual la estación, ella acampa junto a la orilla, y la palomas se arremolinan a su alrededor. Es peligros. Insulta, llegaría a pegar si te das por aludido pero no me cabe duda de que, como la tuya, también se ríe de Río de Jaineiro, hoy hasta literalmente.

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  2. No puedo evitar sentir fascinación por estos personajes. A veces parece que juegan con la vida a su antojo. Pero es justo al revés, me parece.

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