viernes, 19 de marzo de 2010

Jaime Gil de Biedma

Tras escuchar en la distancia el runrún que ha levantado la película El cónsul de Gomorra, me he decidido a leer Jaime Gil de Biedma, retrato de un poeta, de Miguel Dalmau. He disfrutado mucho con esta lectura. Creo que el retrato que ha trazado Dalmau, al margen de que algunos detalles y opiniones puedan ser equívocos o contradictorios, es impecable y apasionante, además de estar narrado con una amenidad cautivadora.

La vida de este poeta, que durante el día ocupaba su despacho de alto ejecutivo de la Compañía de Tabacos de Filipinas, y durante la noche daba rienda suelta a una homosexualidad sin freno ni distinción de clases sociales, es fascinante. El gran burgués y el libertino dipsómano en perfecta alternancia. El intelectual de izquierdas, el dandy, el poeta exigente, el complicado, el dominante, el avasallador, el amigo de sus amigos, el enfermo, el camaleónico, el intransigente, el ansioso (desde niño), el actor de sí mismo, el nadador, el que fue rechazado en el Partido Comunista por homosexual, el poeta que nunca tuvo un premio.

“Creo que la vocación de escribir es un resultado de la vocación de lector. Y a partir de ahí entra en juego un elemento significativo que define a todo escritor: el narcisismo. A lo que se aspira es a leerse a sí mismo.”

“El idioma es un bien del patrimonio público y uno no tiene derecho a jugar con él.”

“Se ha de tener poco estilo, nada más que el que nuestra educación nos ha dado.”

“Nosotros pretendimos hablar desde nuestra propia persona, desde nuestra experiencia de clase.”

“El soñado cambio político estaba produciéndose de una forma muy poco heroica.”

“Con los poetas de Madrid hubo siempre un pique porque eran de vino tinto y la cultura del colegio mayor. Los de Barcelona bebían whisky y hablaban de Scott Fitzgerald” (A.M. Moix)

“En mi poesía no hay más que dos temas: el paso del tiempo y yo.”

“La voz que habla en el poema no tiene otra realidad que la de un personaje de una novela, aunque se parezca mucho, muchos, a la del propio artista.”

“Prefiero siempre lo más trágico”.

“Los seis meses de Oxford me sirvieron para entender el mundo anglosajón, tanto en su literatura como en su cultura de los sentimientos. El español no tiene cultura de sentimientos. Por eso no hay un matiz moral: el español tiene un comportamiento moral perfectamente previsible”.

“Inglaterra: no siempre es bella, pero tiene estilo.”

“En el fondo, un burguesazo, más burguesazo que todos nosotros.” (Ani G. de B.)

“Jaime fue el gran personaje de la gauche. Por guapo, por culto, por sexy, por inteligente, por brillante, por elegante, por divertido, por libre. Por todo, chico, por todo.” (Colita)

G. de B. en Wikipedia
Poemas

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