miércoles, 23 de mayo de 2012

Delicias de Orange (France) y su servicio técnico


El lunes a media tarde me quedo sin internet y sin teléfono. Por la noche sigo sin internet y sin teléfono. A la mañana del martes, lo mismo.

Me armo de valor y llamo al service tecnique. Lo hago desde mi móvil español, llamada y tarifa internacional. Al otro lado del hilo, tras cinco minutos de espera, el técnico francés me dice que la línea está bien (ha hecho un test) así que debe ser el módem. Me sugiere que llame a otro número donde me atenderán en español. El hombre ya se ha cansado de mis dificultades para comprender su trepidante francés. Como la mayor parte del sector masculino del servicio técnico de Orange, y parte del femenino, tienen poca paciencia con los extranjeros. Vale. Gracias.

El número que me da el impaciente resulta que no funciona. Una voz grabada me pide que llame a otro número. La tarifa de mi móvil español continúa creciendo. El nuevo número pertenece al servicio técnico de Orange en inglés. ¿Hablan español? ¿Español? Se extraña una amable madame. Pas español. En fin, le vuelvo a contar en francés el asunto. La amable repite todos los pasos que ya ha dado el impaciente varón unos minutos antes y, de pronto, mientras espero, se corta la comunicación. Imposible volver a recuperarla con la misma persona. Vale. Me tomo un descanso.

Me voy a la tienda oficial de Orange en Hendaya. La dependienta, que tampoco habla español (en Hendaya debe haber un 30% o más de población española), me ofrece un número donde está segura de que seré atendido en español. Le pregunto qué debo hacer para rescindir mi contrato con Orange. Tanta delicadeza por parte de esta compañía me tiene ligeramente saturado. Es fácil, dice ella, basta con enviar una carta solicitándolo con quince días de antelación. Pero hay un problema. Siempre hay un problema cuando se trata con estas empresas. Mi contrato tiene una claúsula de permanencia hasta fin de año. Si quiero irme debo pagar siete meses, unos 250 euritos. ¿No es delicioso? El libre mercado es lo que tiene: que todo el mundo lo reverencia pero nadie lo practica. En fin, me sugiere que me desplace hasta Bayona -unos 30 kilómetros- con el módem para que un técnico lo someta a un test. El módem lo tengo en alquiler, a razón de 3,5 euros al mes, impuestos incluídos, pero no puedo cambiarlo a voluntad (el libre mercado otra vez). Vale. Por hoy ya he tenido bastante, me dije ayer.

El número que me ha dado la empleada hendayesa es el del servicio en inglés. Hoy, miércoles, me he tomado un día de descanso. Mis relaciones con Orange (France) tienen la virtud de dejarme extenuado. Voy a tomármelas con calma. Mañana iré a Bayona con mi módem debajo del brazo.

Traductor español/francés

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