Cretinos con ambulancias

Hoy he ido a la ciudad y me ha vuelto a tocar el cretino con ambulancia. Ya se está convirtiendo en una rutina. Cada vez que voy me toca el cretino con ambulancia. Una, dos o tres veces, según los días. Y eso que apenas paso dos o tres horas en la ciudad.

El cretino con ambulancia es un majadero que aprovecha la permisividad con el ruido que hay en nuestras calles y se pone morado de dar sustos y de reventar tímpanos con la sirena cada vez que coge su vehículo para hacer un servicio.

El cretino con ambulancia es una especie urbanita que debería ser declarada como peligrosa para la salud pública. Sin embargo las autoridades lo ignoran olímpicamente y ven normal que un descerebrado conduzca ambulancias y conecte las sirenas a un volumen tóxico. Este espécimen se supone que debe pasar un curso de conducción especializada. Yo no sé lo que les enseñan en estos cursos pero los resultados son deprimentes.

Esta mañana, tras recuperarme de la taquicardia que me ha acometido tras recibir un sirenazo de ambulancia, le he hecho un gesto al oligofrénico que la conducía y el tipo me ha mirado como si yo estuviera loco o fuera uno de esos que sólo pretenden amargarles la fiesta al prójimo.