Las dunas de Hendaya, situadas en Sokoburu, al oeste de la playa, son una vaga sombra de lo que fueron. La construcción del puerto deportivo y otras construcciones acabaron con ellas. Desde hace algunos años el Ayuntamiento de la ciudad se esfuerza por conservar una pequeña muestra, a base de restrigir el uso y de instalar pequeñas empalizadas protectoras. La fragilidad del sistema, sometido a una fuerte erosión física y humana, dificulta la tarea. En esta época del año, gracias a una espectacular floración amarilla, el lugar ofrece un agradable y original aspecto.
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