El joven Ernst Jünger
“Esta es la impresión que tuvo Martin du Gard cuando Ernst Jünger lo visitó en Berlín en 1933: “Un muchacho de treinta y cinco años, de rostro ascético, lleno de energía y de recato, deportivo, vestido de golf, pantalones de estilo suabo, un cigarrillo rubio entre los labios.” (...) Exclamaciones desoladas de Jünger: “¡Hemos perdido todo, hasta el honor!” Acompañadas de análisis: “El movimiento de masas pertenece al pasado, me decía; el valor personal se impone ahora en Rusia y en Italia. Debe imponerse en Alemania. El ideal socialista no está muerto, pero la socialdemocracia ya no es capaz de ser el agente del socialismo. Ahora toca a los nacionalsocialistas…”
Roberto Calasso, La actualidad innombrable