jueves, 4 de octubre de 2007
Palazuelo
Engolfados en el potaje político, los diarios digitales pasan de puntillas sobre el fallecimiento, a los 91 años, del pintor Pablo Palazuelo. El País lo destaca en las páginas de cultura para luego tasar el artículo a los suscriptores. La Vanguardia ni lo cita. Los de Vocento, cumplen, sin mayores alardes. Sólo El Mundo se esmera. Se ha muerto también un conocido periodista radiofónico y las portadas, al menos las digitales, han sido para él.
Dèjá vu. Lo cierto es que caben los que caben. Y la cosa no da para más. ¡Qué le hubiera importado al maestro! Siempre le ha tocado jugar un papel secundario en este país refractario al arte y a la cultura.
A primeros de abril visité su exposición antológica en el Guggenheim-Bilbao. Cometí el error de contemplar en primer lugar la amplia muestra dedicada a Anselm Kieffer. En consecuencia llegué exhausto a la obra del maestro. Sin embargo, ello me permitió disfrutar –mientras descansaba en un austero sofá- de una larga entrevista a cargo de la inefable Paloma Chamorro.
Creo que nuestro incierto heredero Borbón tiene al menos un palazuelo. Se lo regaló su entonces prometida, muy bien asesorada en esta ocasión.
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Foto: El Mundo.
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