De una exposición fotográfica en el centro cultural KM de San Sebastián, que puede visitarse hasta el 9 de febrero, me ha impresionado la obra de Edward Burtynsky (Canadá, 1955).
Burtynsky, de origen ucraniano, se interesa por lo que llama paisajes residuales, aquellos que quedan “después de la batalla” de la industrialización.
En los últimos años se ha ocupado de China y sus grandes megalópolis de la costa sureste del país. Su obra expuesta se centra en Shangai, la ciudad con más rascacielos del mundo.
Hay algo dantesco en estas imágenes. La desaparición de un mundo a la medida de lo humano por otro a gran escala en la que lo humano parece reducido a sus mínimas proporciones.
Poco a poco los rascacielo engullen, literalmente, a las pequeñas edificaciones. Los seres humanos parecen hormigas al lado de los edificios. Como deben ser hormigas en manos del régimen comunista chino.
El grande se come al chico. Qué elocuencia la del pequeño edificio sembrado de los restos de obra que caen a su alrededor.
Impresionante también la serie sobre Tres Gargantas, que puede verse en la página web del fotógrafo. El desplazamiento y la destrucción de ciudades enteras para la construcción de una presa gigantesca. Un paisaje que recuerda a la destrucción de las Torres Gemelas neoyorkinas.