
Pero luego, hacia el mediodía, ha llegado una borrasca en forma de cúmulos nubosos oscuros y agresivos que han apagado la luz y han enfriado el aire bruscamente. A continuación, se ha desencadenado la lluvia. El perrillo se ha dado media vuelta en cuanto ha asomado el hocico por la puerta. Adiós al paseo.

Sin embargo, ha cogido el paraguas, el gorro, la mini cámara y ha bajado hasta la playa en el utilitario. Estos son los días que le gusta fotografiar.

Ningún paseante. Sólo las velas de dos windsurfistas debatiéndose entre el oleaje. El minuto que ha descendido del vehículo le ha servido para empaparse la ropa. Ha tirado sus fotos desde el otro lado del parabrisas y, en mitad de la operación se le ha terminado la tarjeta. Escucha tanta música estos días que ya no puede recordar qué sinfonía sonaba en la radio.
De vuelta a casa se ha encontrado con estas imágenes.
---
Hendaya
11.1.08
---
Me hubiera gustado acompañarle. Me conformo, qué remedio, con ver las fotografías.
ResponderEliminarMe temo que los fotógrafos no resultan buenos compañeros de paseo, pero se agradece la intención.
ResponderEliminar