Islas y marismas de Tabagón
El Santa Tecla, o Trega, o Tegra -de estas tres formas se le denomina-, al pie de la desembocadura del Miño, es el monte emblemático del Baixo Miño. Se le contempla desde cualquier punto de la región y, a su vez, su cima domina tanto el cauce del río como las orillas española y portuguesa.
La playa portuguesa de Caminha que bordea el bosque
Tiene forma cónica y muchas connotaciones antropológicas. A mí se me antoja el Fuji gallego. Muchos días su cumbre permanece oculta por nubes y nieblas. Es todo un indicador atmosférico.
En lo alto alberga un poblado castreño espectacular, construí do en la Edad del Hierro y que alcanzó su mayor desarrollo en los siglos II y I antes de Cristo, con la llegada de los romanos. La ubicación parece responder a una función de control del tráfico marítimo y del acceso al interior del río.
Sólo se ha excavado una pequeña parte. Constaba de una muralla con dos puertas de acceso. La mayoría de las construcciones -viviendas, almacenes, patios, talleres, graneros- eran de planta circular con tejados vegetales.
Vista de La Guardia y la costa gallega
Paseando hasta la cima
Demasiado ajetreo en el Tecla para este anciano portugués