miércoles, 11 de febrero de 2009

El placer del derroche

Durante los tres primeros meses de guerra, se hizo en Madrid un destrozo fabuloso de víveres. Formaba parte del jolgorio general. Quemar gasolina (gratis) y agotar los almacenes fue la diversión mayor. Hay que haberlo visto. Sé muy bien, por mi mujer, el despilfarro que se hacía en los hospitales, sin provecho para los enfermos. Toda la parte ganadera de la provincia de Madrid fue arrasada. Se mató a casi todos los animales de producción, para satisfacer el apetito de un día. Dijérase que una horda de hambrientos se había lanzado sobre el cajón del pan; pero los que conocemos las costumbres de Madrid sabemos muy bien que no tenían hambre atrasada. Era el placer del derroche, un signo de la vida nueva. No se daban cuenta de que estaban preparando el hambre de mañana. Previsión regular, no hubo ninguna. Cada cual hacía lo que le daba la gana. (…) Eso sí: ciertos grupos sindicales formaron, por todos los procedimientos, depósitos inmensos, para uso de sus afiliados. Durante unos meses, para no pasar hambre en Madrid, había que ser de la CNT. Como medio de propaganda pocos le superan.
Manuel Azaña, Diarios completos, Ed. Crítica.

2 comentarios:

  1. A mi aita le tocó Madrid. Allí pasó gran parte de la guerra, y me ha contado muchas, muchísimas historias de esta índole. Y peores, mucho peores relacionadas con un gratuito destrozo físico de todo aquello que no parecía tener el color apropiado. Él tenía muy acendradas sus ideas, lógicamente, pero después de aquellos tres años, viendo lo que vio y soportando lo insoportable, se hizo a un lado, dejó que el silencio lo tomara, y después se dedicó a observar a los unos y a los otros. Hoy, a sus 93 años recién cumplidos, conserva clara la memoria, por eso le sigue doliendo a veces.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que Azaña cometió muchos errores, pero su clarividencia es asombrosa. Conocía bien el percal, eso no se le puede negar. Leo ahora sus diarios de la guerra y salto de la congoja a la depresión.

    ResponderEliminar