miércoles, 5 de agosto de 2009

La biblioteca cerrada

Ocurre cada mes de agosto, cada navidad y unos cuantos “puentes”: la biblioteca pública cierra sus puertas “por inventario”. Yo no sé cuántos inventarios al año se hacen en esta biblioteca. Tampoco se entiende la necesidad de cerrarla a cal y canto para llevar a cabo este proceso. Escuchaba ayer en la radio que es en verano cuando más se lee. No será, desde luego, por las facilidades que ofrecen las bibliotecas públicas. Uno tiene la peregrina idea de que estos centros deberían estar abiertos precisamente durante los periodos vacacionales y durante los fines de semana, es decir, cuando la gente tiene algún tiempo libre. Pero es probable que uno esté ya un poco desfasado y le ande pidiendo peras al olmo.

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Homenaje a Rafael Balerdi, de Eduardo Chillida. San Sebastián.

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La playa es uno de mis lugares preferidos para escuchar tonterías. “El año que viene voy a apuntarme a yoga en inglés”, le dice una joven bronceada a su amiga mientras ambas se quitan la arena de los pies.


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