Van a desmantelarlo todo. Más o menos rápido pero apenas va a quedar nada. Mejor dicho, quedará la superestructura política del Estado de las autonomías, pero con aspecto de esqueleto. Quedarán las banderitas, los parlamentitos y los gobiernitos. Faltaría más.
Con un poco de suerte y a cambio de dejarnos en bolas igual se consiguen los euros suficientes para irles pagando la nómina a los funcionarios y mantener el máximo de tiempo posible la apariencia de que esto puede aguantar.
Para unos días tenemos el fútbol. Unos días es toda la perspectiva que nos podemos permitir. Tampoco damos para más. Ni lo hemos dado nunca. Somos genéticamente cortoplacistas.
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