Ha llovido durante la noche y buena parte de la mañana. Ha sido muy agradable. Casi podía escucharse el agradecimiento fragante de la tierra. El césped se había puesto amarillo. Aún tardará en recuperarse. Las especies más exóticas que no han sido regadas puede que no sobrevivan. ¿Cuánto tiempo hacía que no veía charcos en el suelo? Ha sido un sirimiri, a ratos fuerte. La temperatura ha descendido media docena de grados y, después de semanas, ha cesado el bochorno agobiante. El frescor matinal y la primera película de rocío indican que ya ha empezado el otoño. Estación bendita para los que padecemos invasiones turísticas.
Irún desde Osinbiribil. Las Peñas de Aya cubiertas por las nubes.
Paseo en Osinbiril.
El Bidasoa antes del puente internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario