sábado, 9 de febrero de 2013

Lo feo y lo cutre

Dice el presidente Rajoy que mantiene su confianza en Ana Mato porque es una excelente ministra y porque ella lo merece. Hombre, don Mariano, uno comprende que hay que aprender de los que saben, pero intentar aprender de los predecesores socialistas, es pasarse un poco de rosca.

Porque si hay una cosa que los socialistas saben hacer es eso de mantener prietas las filas. Y otra cosa que también dominan los discípulos de Pablo Iglesias es el de camelarse al llamado pueblo.

Estas dos virtudes, que parecen contrapuestas, no lo son tanto, pero requieren un talento del que, con todos mis respetos, el actual presidente de gobierno carece.

Uno no puede pasarse la juventud empollando para opositar a registrador de la propiedad y, a la vez, pretender conocer al pueblo. Los socialistas, que dedicaron sus mejores años a conspirar contra Franco (o al menos de eso presumen) saben más de lo que ocurre en la calle.

Por ahí, Mariano tiene poco que hacer, como se está demostrando en estos meses. Que una cosa es el ella se lo merece y otra cosa es la estética. Y con las cosas de la estética no se juega.

La norma del prietas las filas, como toda norma, tiene sus excepciones y una excepción muy clara es la excepción estética. Y lo de Ana Mato, se mire por donde se mire, es un asunto feo, muy feo.

Pero no es feo porque se lo haya llevado crudo en cantidades industriales, que no parece, sino porque ir de gorra en los cumpleaños de los niños, en la primera comunión de los infantes y en los viajes para ligar bronce con mucama incluida es cutre. Y si hay una cosa que detesta la gente es la cutrez ajena, porque en este valle de lágrimas todo cristo se cree divino.

Doña Ana Mato tiene que hacer mutis por el foro porque el pipol ya no puede soportar más tanta cutrez, como sabe cualquiera que abandone a ratos su despacho y respire el aire contaminado de la capital.

Don Mariano, de una vez por todas, al pueblo hay que camelarlo. Lo que le quitas por un lado se lo tienes que dar por otro, así que, o quitas ya a la señora Mato o, por lo menos, tienes que dar más fútbol en abierto, más jamonas en la tele y, si hace falta, pones tanques en las plazas de toros catalanas.

Aunque los de la derecha no lo creáis, al pueblo hay que darle su ración de estética y, sobre todo, al pueblo español, que mira mucho estas cosas.

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