jueves, 2 de mayo de 2013

La linterna roja, de Zhang Yimou


Del año 91 es esta película que acabo de ver en dvd, la segunda del gran director chino Zhang Yimou, un clásico; clásico en la acepción de maestro, maestro de estética.

Voy cumpliendo, gracias a la fonoteca del centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián, mi proyecto de visitar el cine de Yimou tras el impacto que me produjo su penúltimo film, Amor bajo el espino blanco, que tuve ocasión de ver en una sala de cine.

La linterna roja es otra obra maestra, de las varias que ha firmado este hombre. La historia que se relata aquí es la de una joven universitaria que, tras el fallecimiento de su padre, opta por casarse con un hombre rico y formar parte de su grupo de concubinas.

Contemplamos las desventuras que esta mujer (Gong Li) sufre una vez que franquea las puertas de un palacio y se ve obligada a convivir y competir con las otras tres mujeres que le anteceden y que allí viven. El amo y señor se limita a dejarse querer y a disfrutar de su colección de féminas con total indiferencia afectiva y con escasa preocupación por la convivencia entre sus esposas. En la casa hay unas normas, unas tradiciones y unos castigos –todos ellos de carácter feudal- que el amo aplica casi sin proponérselo.

Este argumento, con ser interesante, no es lo mejor de La linterna roja. Lo mejor es la factura de la cinta: la puesta en escena de una estética con una curiosa mezcla de barroquismo y sobriedad narrativa.

La obra se desarrolla íntegramente es el interior de una mansión. Pese a esa limitación espacial hay un ritmo narrativo llevado con tan buen pulso que en ningún momento decae el interés.

Esta escenografía, además, esta arquitectura tradicional, y la forma en que se nos muestra, ya es una obra de arte en sí misma. Como lo es el vestuario, la iluminación, la fotografía, la música y todos los aspectos formales que componen La linterna roja.


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