Amplia,
interesante y muy recomendable exposición de Menchu Gal en la sala Kursaal de
San Sebastián. Hasta el 1 de setiembre.
Como
de costumbre, pese a que fue Premio Nacional de Pintura en 1959, a esta
excelente y personalísima pintora se la empieza a popularizar tras su
fallecimiento.
Una
formidable primera sala con dibujos, acuarelas y aguafuertes, estos últimos en
tonos oscuros, a diferencia de las más luminosas acuarelas. Lamentablemente
esta sección no está recogida en el catálogo (40 euros).
El
resto son óleos. Paisajes en su mayor parte, con algunos bodegones y retratos.
Paisajes de la región del Bidasoa, de Ibiza, de Castilla.
Menchu
Gal sigue una trayectoria que comienza en el cubismo y termina en el fauvismo,
pero siempre con mucha originalidad y personalidad, pasando por encima de sus
maestros, a mi parecer.
La
exposición se completa con algunas obras de sus maestros y contemporáneos. Así
Dalí, Picasso, Benjamín Palencia, Juan Manuel Díez Caneja, Antonio López,
Leger, Oscar Domínguez. Entre ellas destacaría el Bodegón de Triana, de Carmen
Laffon.
El
rasgo característico de la pintura de Menchu Gal es el color, un color
totalmente fauve que transmite una energía impresionante. Su composición se
basa en un dibujo muy esquemático y seguro y en el color.
Su
estilo pictórico, probablemente, es un fiel reflejo de su personalidad. Una
pincelada larga, sinuosa, segura, espesa, que produce una sensación de ímpetu
controlado, exuberancia, pasión, firmeza y arrojo.
Ni
las reproducciones del catálogo ni las que pueden verse en internet hacen
justicia a la intensidad del color que manejaba Menchu Gal. Esta exposición es
una oportunidad de disfrutar con la pintura de esta mujer que el aficionado no
debe dejar pasar.
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