Con
demasiada frecuencia, en la vida del lector español, pasan estas cosas. Uno
adquiere un libro, o lo toma en préstamo en el mejor de los casos, convencido
de que va a leer algo interesante y, veinte, treinta, ochenta páginas más
tarde, abandona el intento convencido de que ha sido objeto de un engaño, de
una burla, de una estafa. Esto es lo que me ha pasado a mí con este libro.
En
la portada dice: “El devenir cotidiano narrado desde el interior de Alemania en
tiempos del nazismo.” Pues bien, lo mismo podía haber sido escrito en Francia,
en Suiza, en Paraguay o en la República Dominicana.
Sebastián
Haffner (1907-1999), periodista, escritor e historiador, se exilió de Alemania,
con destino a Inglaterra, en 1938. Regresó a su país en 1954 y se dedicó al
columnismo.
Se
reúnen aquí treinta y ocho artículos sobre temas tan anodinos como los
calendarios, las tarjetas postales, los cigarrillos, los automóviles, los
animales de compañía, la puntualidad, el desorden, las farolas de París y
otras fruslerías más. Es decir, se habla de todo menos del nazismo, el tema que
ha servido de anzuelo comercial.
Con
estos asuntos más de un escritor español –Josep Pla, Julio Camba- ha escrito
obras deliciosas, pero al señor Haffner se le ha negado la gracia, la ligereza,
la ironía, el sentido del humor. Y, sin estos mimbres, no se puede escribir
sobre cotidianidades como las arriba citadas.
Arrastrando
semejante frustración, no puede hacerse una reseña benévola por mucho empeño
que se ponga. Sólo cabe preguntarse por qué se edita en España (editorial
Destino, 2010) una obra de estas características, a quién puede interesarle
algo semejante. Por no hablar del engaño que supone envolver esto en algo
relacionado con el nazismo y hablar en la contraportada de “un estilo
brillante, a menudo jugoso y siempre agudo.”
¿Crisis
del libro? Lo raro es que, con productos como este, y otros semejantes, se venda
un solo ejemplar.
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