jueves, 6 de junio de 2013

El fiasco de "La vida de los paseantes", de Sebastián Haffner


Con demasiada frecuencia, en la vida del lector español, pasan estas cosas. Uno adquiere un libro, o lo toma en préstamo en el mejor de los casos, convencido de que va a leer algo interesante y, veinte, treinta, ochenta páginas más tarde, abandona el intento convencido de que ha sido objeto de un engaño, de una burla, de una estafa. Esto es lo que me ha pasado a mí con este libro.

En la portada dice: “El devenir cotidiano narrado desde el interior de Alemania en tiempos del nazismo.” Pues bien, lo mismo podía haber sido escrito en Francia, en Suiza, en Paraguay o en la República Dominicana.

Sebastián Haffner (1907-1999), periodista, escritor e historiador, se exilió de Alemania, con destino a Inglaterra, en 1938. Regresó a su país en 1954 y se dedicó al columnismo.

Se reúnen aquí treinta y ocho artículos sobre temas tan anodinos como los calendarios, las tarjetas postales, los cigarrillos, los automóviles, los animales de compañía, la puntualidad, el desorden, las farolas de París y otras fruslerías más. Es decir, se habla de todo menos del nazismo, el tema que ha servido de anzuelo comercial.

Con estos asuntos más de un escritor español –Josep Pla, Julio Camba- ha escrito obras deliciosas, pero al señor Haffner se le ha negado la gracia, la ligereza, la ironía, el sentido del humor. Y, sin estos mimbres, no se puede escribir sobre cotidianidades como las arriba citadas.

Arrastrando semejante frustración, no puede hacerse una reseña benévola por mucho empeño que se ponga. Sólo cabe preguntarse por qué se edita en España (editorial Destino, 2010) una obra de estas características, a quién puede interesarle algo semejante. Por no hablar del engaño que supone envolver esto en algo relacionado con el nazismo y hablar en la contraportada de “un estilo brillante, a menudo jugoso y siempre agudo.”

¿Crisis del libro? Lo raro es que, con productos como este, y otros semejantes, se venda un solo ejemplar.


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