domingo, 23 de junio de 2013

Un poema de Louise Michel


Golondrina que vienes de la nube tormentosa,
golondrina fiel, dime, ¿a dónde vas?
¿Qué brisa te lleva, viajera errante?
Escucha, quisiera irme contigo.

Lejos de aquí, muy lejos de aquí, hacia inmensas orillas,
hacia grandes rocas desnudas, hacia playas y desiertos,
hacia lo desconocido silencioso, o hacia otros tiempos,
hacia los astros errantes que se deslizan en el cielo.

¡Ah! Déjame llorar, llorar, cuando con tus alas
acaricias la hierba verde y cuando a los profundos sonidos
de los bosques y de los vientos tu respondes
con tu voz ronca, dulce ave de los mares.

¡Golondrina, golondrina de los ojos negros, te amo!
No sé qué eco de costas lejanas me llega a través tuyo.
Para vivir, ley suprema,
me hace falta, como a ti, el aire y la libertad.