¿Los
hombres son fuertes y las mujeres débiles? ¿Está todo al revés de lo que
parece? He aquí la opinión de Maximiliam Auer, oficial de las SS y bisexual.
“(…) los
hombres no controlan nada, no dominan nada, todos son unos niños e incluso
unos juguetes que están ahí para el placer de las mujeres, un placer insaciable
y tanto más soberano cuanto que los hombres creen que controlan las cosas,
creen que dominan a las mujeres, siendo así que las mujeres los absorben,
desbaratan su dominio y disuelven su control para, en última instancia, tomar
de ellos mucho más de lo que ellos quieren dar. Los hombres creen de buena ley que
las mujeres son vulnerables y que de esa vulnerabilidad hay que aprovecharse o
que hay que ampararla, mientras que las mujeres se burlan, de forma tolerante y
amorosa, o despectiva, de la vulnerabilidad infantil e infinita de los hombres,
de su fragilidad, de esa friabilidad tan cercana a la pérdida de control
permanente, de esa amenaza perpetua de desmoronamiento, de esa vacuidad
encarnada en una carne tan fuerte. Y por eso es, sin duda, que las mujeres
matan tan pocas veces. Sufren mucho más, pero siempre tienen la última palabra.”
Jonathan
Littell, Las benévolas