Me refresco estos días en la tele con los mundiales de
natación que se celebran en Rusia. Me llaman la atención los gestos en la
ceremonia de entrega de medallas. Pocas bromas con los gestos patrióticos. Al
menos entre rusos, americanos y chinos, las tres potencias mundiales. Tres
detalles.
Primero, militares rusos marcando el paso de la oca
mientras trasladan las correspondientes banderas a sus mástiles.
Segundo, los norteamericanos –público incluido-
llevándose la mano al pecho mientras suena su himno. Por descontado, todos de
pie.
Tercero, el nadador chino Ning Zetao, campeón del
mundo de la prueba reina -los cien metros libres-, hace el saludo militar - la
mano en la gorra- mientras suena el himno de su país.
Este Ning Zetao dio positivo por clembuterol en el
2011 y fue suspendido por un año. Su entrenador le dijo: “No te vuelvas vago ni
sientas remordimientos por las cosas del pasado, perdona y sigue adelante con
una sonrisa.”
Y helo aquí. Subido en lo alto del pódium tradicionalmente
reservado para los norteamericanos, saludando militarmente en su calidad de
integrante de la Armada china. Cuando deje la natación lo mismo ya será
almirante.
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