Es Nochebuena y la mimosa ya ha florecido
La visera de Ontzi en la vía verde del Plazaola
La mañana del día de Nochebuena es peculiar. No es festivo, pero lo parece. Todo tiene un aire redobladamente dominguero. Al pasar por Andoain veo a mucha gente vestida con las supuestas ropas tradicionales de la ruralidad vasca. Otros van y vienen por el camino al que me dispongo a acceder.
El río Leizarán
Recorro unos tres kilómetros de la vía verde del antiguo ferrocarril que unía las localidades de Pamplona y San Sebastián, siguiendo el curso del río Leizarán. Hay algunos tramos asfaltados y otros de tierra, además de varios túneles. La vegetación abunda en ambos lados. En el río, escaso de caudal por la sequía que arrastramos, hay saltos y pozas y edificaciones varias para el aprovechamiento de sus recursos. Es un bonito paseo, con el bosque de ribera otoñeando allí abajo.
Uno de los túneles ferroviarios del antiguo trazado
Siguiendo la ruta prevista dejo la vía y desciendo hasta el puente que franquea el río. Pero pronto tropiezo con la batida arriba citada y me doy la vuelta y regreso sobre mis pasos. Llego hasta el centro de interpretación, que está cerrado. Es una zona muy agradablemente acondicionada con mesas de madera y césped. Atravieso el puente de Unanibia y subo un rato a través de un bosque por la otra punta del itinerario para, finalmente, volver a darme la vuelta. Ha sido un paseo muy de ida y vuelta.
¿Peligro jabalíes o peligro cazadores?
Como algo en una de las mesas y, de paso, tomo un poco el sol que no se ha asomado hasta el mediodía. Veo a varios pescadores, enfundados en uniformes impermeables. Como primera toma de contacto con el valle y con la vía verde puede pasar, me digo antes de volverme a casa.
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