jueves, 31 de marzo de 2016

Santa Gadea del Cid, donde no hubo juramento alguno


 Iglesia de san Pedro Apóstol, gótico renacentista

Parece que ya nada es cierto hasta que no lo confirmas en internet. Estaba convencido de que Santa Gadea del Cid era el lugar donde se produjo la legendaria Jura de Santa Gadea, pero el hecho no fue aquí, sino en la iglesia de santa Agueda en Burgos.

Sin embargo, tampoco fue en la capital, porque ya no hay dudas de que la tal Jura sólo es una leyenda, construida a partir de un bello romance, que puede leerse aquí,  y ensalzada en la película El Cid, que protagonizaron Charlon Helston y Sofía Loren.

 Plaza porticada

Curiosa la leyenda, pese a todo y supongo que significativa sobre la idiosincrasia y la historia de un viejo reino, el de Castilla en este caso y, por extensión el de España. 

En cualquier caso, este bello pueblo burgalés, declarado conjunto histórico-artístico, bien merece una visita. Está situado en las proximidades de Pancorbo. En su tiempo hacía frontera entre los reinos de Castilla y Navarra. Por ello se denominaba Término y, más tarde, Santa Gadea del Término, para terminar en su actual Santa Gadea del Cid.

 Caserío de Santa Gadea, con las ruinas del castillo y la torre del homenaje en lo alto

En lo alto de un cerro están las ruinas del castillo, una antigua fortaleza del siglo XI. En mitad del patio de armas se alza la torre del homenaje, bien conservada hoy.

El caserío estaba delimitado por una muralla, de la que hoy quedan dos puertas, una de ellas era la antigua cárcel.

 La puerta de la antigua cárcel

La calle Mayor recorre el pueblo de un extremo al otro. Está muy limpia y cuidada, con algunas casas blasonadas, flores y plantas, puertas protegidas por tablones (supongo que para prevenir avalanchas de agua). Merece un paseo tranquilo.

Hacia la mitad una calle corta conduce hasta la plaza porticada. En medio de la misma se alza la iglesia de san Pedro Apóstol, gótica, con una poderosa torre almenada que, en su tiempo, cumplía labores defensivas. Dicen que el interior alberga un retablo renacentista, pero visitar los interiores de las iglesias ya se ha vuelto, lamentablemente, misión imposible.



Me cuesta dar con el bar-restaurante que se anuncia a la entrada. Está junto a la puerta que da a la carretera. El comedor rebosa de comensales en este sábado santo. Me tomo un café y continúo el paseo.

 La sólida torre almenada de la iglesia

Desde la carretera se divisa en una colina la ermita de las Eras, románica del siglo XII. Es un paseo corto, pero por hoy ya he andado bastante y aún debo llegar hasta Burgos.


Ermita románica de las Eras, extramuros de la localidad