lunes, 22 de mayo de 2017

Salas de los Infantes

 Edificios porticados de la plaza

Reconfortado por el café y por el rato al sol, me doy una vuelta por Salas. Asciendo hasta la iglesia parroquial de Santa María, de los siglos XV y XVI, pero levantada, como suele ser habitual, sobre otra románica.


 Alzado y portada de la iglesia de Santa María


La portada, abierta hacia el sur y bajo la torre, data de 1549 y se adorna con relieves, columnas y estatuas renacentistas. A falta de poder verlo, leo algunos detalles interesantes sobre su interior. Hay un extraordinario retablo de Berruguete de la segunda mitad del siglo XVI y una pila románica de las más hermosas de toda la comarca. También se destaca la existencia de una hornacina donde está depositada el arca con las cabezas de los Siete Infantes de Lara y de su ayo Nuño Salido.

Debajo de la iglesa hay una plaza que alberga dos edificios, uno de ellos en desuso, de notable belleza y nobleza.

Antes de dirigirme a la plaza del Ayuntamiento me introduzco en un pequeño parque que alberga el llamado palacio de los Siete Infantes, hoy destinado a centro cultural. En su jardín se conservan algunos lienzos de muralla y dos puertas apuntadas del siglo XIV.

La plaza es amplia y, además de la casa consistorial alberga el Museo Arqueológico y Paleontológico, muy conocido por sus restos de dinosaurios hallados en la comarca. Pero también es interesante la sección arqueológica que reúne piezas íberas, romanas y medievales.


Dos bellas fachadas del casco urbano 

Ya de vuelta al vehículo atravieso la plaza del Condestable donde se levantan otros dos edificios considerablemente deteriorados pero de gran belleza. Finalmente, desde el puente, le doy el último vistazo al Arlanza antes de despedirme.



La nota curiosa de Salas es su equidistancia tanto de Santiago de Compostela como de Barcelona, 530 kilómetros.