Villasur de Herreros, en el centro-este de la provincia de Burgos
Al día siguiente me propongo hacer otro tramo de la via verde de La Demanda, arrancando desde el embalse del Arlanzón en dirección a Pineda de la Sierra. De camino me detengo en Villasur de Herreros, atraído por la profusión de flores que exhiben las fachadas de algunas de sus casas.
La ermita de San Roque
Aparco junto a la ermita de San Roque, que alberga el museo del Tren Minero, y me doy una vuelta por el pueblo. Aún es temprano. Apenas veo a un par de viejos. Muchas flores en sus tiestos, mucho colorido. Me acerco hasta la iglesia. En la torre hay una cigüeña. Sale un perro a ladrarme y a incordiar. Y como todo es empezar enseguida continúan otros el concierto. Una voz femenina ordena silencio pero los canes la ignoran.
La arquitectura popular, incluso en estado ruinoso -que es lo más habitual por desgracia- me sigue encantando.
Sigo mi ruta. Atravieso el dique del embalse y me adentro en la vía verde, que discurre por un pinar frondoso y muy sombreado, lo que resulta agradable pues empieza a apretar el calor.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Villasur
Todo discurre apaciblemente hasta que, a los tres kilómetros, mi pie derecho se resiente porque he olvidado mi calzado habitual y el que llevo no es suficiente. Doy media vuelta y regreso despacio, procurando no lesionarme. Hay muchas mariposas. Durante un descanso, sentado en un banco a la vera del camino, me entretengo observando sus vuelos.
Aliviadero del embalse del Arlanzón y la urbanización de servicio
El embalse del Arlanzón
Poco a poco llego de nuevo al coche. Me doy cuenta de que, cuanto más despacio vas, más vida percibes a tu alrededor. Aún me quedan ganas de bajar hasta la orilla del agua. Veo varios esqueletos de ganado.
Estoy cerca y dispongo de tiempo, así que me acerco a visitar el
bello pueblo de Pineda de la Sierra, que hoy está más tranquilo que la vez
anterior.
