jueves, 26 de abril de 2018

Los cerezos en flor del Valle de las Caderechas

Los más de 40.000 cerezos del valle burgalés de las Caderechas ya estarán en flor cuando publique estas líneas. Durante mi visita, a finales de abril, ya he visto muchas flores, pero aún no se había producido la apoteosis blanca.

El valle está situado al norte de la provincia de Burgos, encajado entre el Páramo, los Montes Obarenes y La Bureba.



La mañana de finales de abril ha salido soleada y fresquita, perfecta para pasear sin prisa. Accedo al valle por Salas de Bureba y, como no puede ser menos, en este lugar me detengo un rato para contemplar una vez más lo que queda en pie de la casa rectoral, situada junto a la iglesia. Qué elegancia de edificio, qué hermosa decadencia. En la plaza, un grupo de escolares pasa la mañana entre juegos alborotados.


 La torre medieval de Rio Quintanilla, perfectamente restaurada, debió formar parte de un antiguo castillo. Ahora vigila uno de los accesos al valle de las Caderechas.





La carretera se estrecha y serpentea entre pueblecitos, bosquecillos y campos de frutales. Además de la cereza, la manzana reineta es otra de las especialidades de la zona.

El paseo comienza en el pueblecito de Hozabejas. El coche se queda en lo alto, junto a un arroyo espectacular que ha sido remansado por una canalización. Este pueblo, bastante aislado, cuenta con los restos de un acueducto del siglo XVIII. Visto de frente el acueducto parece una muralla. En el mismo núcleo urbano hay una ermita junto a la carretera.
Sobre el arco de la entrada, un ajimez o ventana geminada, característica del arte islámico y del cristiano medieval.

 La ermita de San Emeterio y San Celedonio, debajo de un risco, románica del XII, muy bien conservada, alberga pinturas murales.

Carretera adelante, en dirección a Rio Quintanilla, se camina entre campos de cerezos, que ya han empezado a florecer. Para combatir la rutina del asfalto, pese a que no hay tráfico, me introduzco a mano izquierda en un camino que discurre por un bosque de pinos, agradable y silencioso. El camino me deja en el primero de los barrios de Rio Quintanilla.

 El paso del tiempo ha desfigurado los canecillos de la ermita.

Próxima a la iglesia hay una torre medieval o casa-fuerte, bien restaurada, que se levanta sobre un promontorio y que vigila uno de los accesos al valle. Sobre el arco de la puerta hay un ajimez o vantana geminada. Un rótulo sobre la puerta dice: Ha sido donada por Juan y Amelia.



Campos de cerezos pendientes de florecer

Al otro lado del riachuelo discurre el camino que me acerca hasta la ermita de San Emeterio y San Celedonio, del siglo XII, también restaurada y ubicada en otro altozano sobre el valle. La traza es románica, de una sola nave. La bóveda de cañón y el ábside están revestidos de pinturas de finales del siglo XIII. Los canecillos están tan erosionados que apenas pueden apreciarse sus motivos escultóricos. La ermita tiene adosado de un pequeño cementerio. El conjunto presenta un aspecto sencillo y cuidado.



Caserío de Aguas Cándidas, un pueblo surcado por abundantes arroyos

De vuelta al camino siguen apareciendo los campos de cerezos, unos en flor y otros a punto de florecer. Bajo un sol reconfortante se llega a Aguas Cándidas, en cuya entrada hay un lavadero. Este pueblo, cuya iglesia se encuentra en la parte más elevada, hace honor a su nombre. Todo él es un rumor de arroyos y manantiales.

Cerezos en flor próximos a Hozabejas

Por una senda dejo atrás Aguas Cándidas y me interno en caminos que atraviesan el bosque. Aún quedan media docena de kilómetros hasta el punto inicial en Hozabejas. En varias ocasiones debo rectificar mi ruta y guiarme por el gps pues esta es una ruta que no está balizada.


El acueducto de Hozabejas, del siglo XVIII, integrado en el casco urbano

Desde Hozabejas, ya de vuelta a Burgos, sigo por una estrecha carretera. La carretera atraviesa unos parajes encantadores, surcados por docenas de cauces de agua y por bosques, hasta alcanzar el Páramo y la carretera que une Burgos con Villarcayo. He pasado junto a Escobados de Arriba y Escobados de Abajo.