lunes, 30 de abril de 2018

El cañón burgalés del Rio Lobos


No hay una sola nube en el cielo azul. Es una deliciosa mañana de primavera. Me acerco hasta Hontoria del Pinar, localidad de la Sierra de la Demanda situada un poco antes del límite burgalés con la provincia de Soria. Voy a dar un paseo por el cañón del río Lobos en su parte burgalesa.

Hontoria del Pinar, con el río Lobos y la ermita de San Juan a la izquierda

Dejo el vehículo en el parking de caravanas que hay junto al puente y el propio río. Está completamente vacío. Voy a seguir una ruta balizada y, al empezar, me guío por un mapa que hay en el propio parking. Pero el mapa contiene un error. La ruta no discurre por la ribera izquierda sino por la derecha. Naturalmente, me voy por la izquierda y, al cabo de un kilómetro me percato de que el sendero se aparta del cauce y no puedo atravesarlo.

 El río desde una de las zonas acondicionadas

Media vuelta y a empezar otra vez. La mañana es tan agradable que nada importa caminar un poco más. Esta vez sí, cojo la buena ruta. El Lobos baja estos días de abril con mucha fuerza, tanto por las lluvias de los días precedentes como porque ha debido comenzar ya el deshielo en las cumbres.



Un kilómetro más tarde, veo una zona acondicionada con mesas y me detengo a comer algo. Se trata de un altozano sombreado con una vista excelente sobre el cauce.

 Un paso acondicionado para cuando el río baja caudaloso

Luego reanudo el camino. La senda es estrecha, a ratos en sombra, a ratos al sol, por el medio de un bosque de ribera, compuesto por pinos, robles y roquedos. Sólo se escucha el rumor del agua y el canto de los pajarillos. En algunos tramos el río amenaza con desbordar el cauce pero no llega a hacerlo. Tanto el río como el camino van trazando curvas más o menos cerradas.
La senda discurre en todo momento en paralelo al cauce fluvial 

Cuatro o cinco kilómetros más tarde, al llegar a un paraje denominado el Hoyo de los Lobos habría que cruzar el cauce para seguir río abajo, pero el paso habilitado, a base de piedras planas, está impracticable salvo que te descalces y metas los pies en el agua. Pero no es el caso pues mi ruta se desvía a mano derecha y se interna por un amplio camino carretil por el interior del pinar.


Aún junto al río he visto volar a un cuervo con algo en la boca. Luego lo ha dejado caer. Con los prismáticos veo que se trata de una bolsa de plástico que cae lentamente en mitad del cauce.

 El paso de piedras desbordado por el caudal de abril en el Hoyo de los Lobos

El camino discurre por un pinar denso y tranquilo, en suave y muy llevadero ascenso. Almuerzo a la sombra, junto a una gran floración rocosa y luego continúo la marcha. Cuando el pinar termina comienza un enebral, sembrado de tomillo y lavandas. Las pequeñas lavandas tienen un olor deliciosamente intenso, igual que les ocurre a los enebros. Es un aroma que está también en el aire. Resulta un placer pasear por semejante paraje. En lo alto de unos pinos tres pajarillos parecen acompañar mis pasos. Me detengo un rato a escuchar su música.

Los últimos dos kilómetros, ya de vuelta, son pendiente abajo por una senda pedregosa flanqueada por grandes formaciones rocosas redondeadas. Un rebaño de ovejas pace en una ladera. De vez en cuando se escuchan los ladridos del perro que las cuida.


 Hontoria con las cumbres aún nevadas de La Demanda

Aparecen ahora unas excelentes vistas sobre el caserío de Hontoria, abrazado por el cauce del Lobos. A la izquierda está la ermita de San Juan, románica, y el famoso puente romano, llamado del Campanario. El puente tiene tres ojos; dos de ellos se apoyan en una gran roca caída desde la montaña. El puente servía a la calzada romana que unía Uxama y Clunia, que a su vez se integraba en la llamada Vía del norte.

El puente romano que servía a una antigua calzada

La jornada concluye con un breve paseo por Hontoria, localidad que fue fundada a principios del siglo X en el ámbito del Condado de Lara. Aprovechando el buen tiempo algunos niños jugan en el patio de la escuela. Junto a ella está el rollo de justicia y, un poco más allá, la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, con su torre cuadrada y su portada barroca. En la portada, además de la talla de la Virgen hay otras dos: San Cosme y San Damián.










En Hontoria se desarrollaron diversos episodios de la Guerra de la Independencia y otros de la Primera Guerra Carlista. Durante siglos tuvieron importancia económica las carreterías con bueyes y las actividades relacionadas con la madera de los pinos.



El rollo de justicia, a la izquierda, y la portada barroca de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.