domingo, 7 de octubre de 2018

Nos gusta la bronca

Escuchando en la radio, durante un viaje en coche, las preguntas que los periodistas le hacen a Luis Enrique, el nuevo seleccionador nacional de fútbol, he sentido vergüenza ajena. Tanta que el tal Luis Enrique ha empezado a caerme bien.

Las mismas preguntas insidiosas una y otra vez. Qué afán el de los plumillas en enredarlo para crear polémica, que insistencia estúpida en provocar enfrentamiento y pelea.

Nos gusta demasiado la bronca. Somos incapaces de placeres más refinados. Ni en el deporte, ni en la política, ni en la convivencia. Es nuestra ancestral pobreza de espíritu.

Y algunos espabilados se aprovechan, como no podía ser menos.