jueves, 23 de enero de 2020

La catedral vieja de Salamanca, románico solemne y austero





Los sepulcros del crucero --siglos XIII y XIV-- son una impresionante combinación de pintura y escultura.



Capilla de San Martín o del Aceite


Conocer Salamanca en dos días es imposible. Pero, si tengo que elegir un sólo lugar, elegiré la Catedral Vieja.

Muy pocas veces había sentido una impresión de misterio y recogimiento al entrar en un edificio religioso.



La catedral se construyó entre mediado el siglo XII y el XIII, cuando el románico había llegado a una fase de madurez y se había comenzado a experimentar con el gótico.

Sin embargo, estos cambios técnicos no afectaron a la unidad de estilo, que es románico. Reciedumbre de los muros, iluminación atemperada y un sosiego en los espacios adecuado para celebraciones litúrgicas solemnes y austeras.


A esta catedral se le ha llamado “Fortis Salmantina”, por su carácter defensivo, aún visible en la solidez constructiva y en algunas almenas que producen las impresión de un castillo.
Los ábsides románicos

Para contemplar su cimborrio, conocido como la torre del Gallo, es preciso desplazarse por la calle de Tentenecio hasta el Patio Chico. Desde esta placita se disfruta también de los ábsides románicos.
    

La torre del Gallo, es un cimborrio que tuvo como modelo al de la catedral de Zamora. Todos ellos son privativos de esta región del Duero. En ellos lo bizantino fue absorbido por el románico, pero transformado por el crisol del mudejar. En esta ocasión el remate piramidal, además de prestarle esbeltez, lo emparenta también con el gótico.

El gallo de la veleta --el original está en el Museo-- simboliza la vigilancia del alma y el anuncio de la venida de Cristo al final de los tiempos.
Retablo del altar mayor

El precioso retablo pictórico de la capilla mayor se compone de 53 tablas, pintadas probablemente por el florentino Dello Delli, ya en estilo gótico. Todo está presidido por una talla excepcional de la Virgen de la Vega, de tipo bizantino y toda ella revestida de chapa sobredorada.


Tanto en el presbiterio como en los brazos del crucero hay una serie de sepulcros policromados de los siglos XIII y XIV --donde se combina la pintura y al escultura-- que le dejan a uno pasmado.

Capilla de Talavera
Debido a obras de restauración, sólo pude ver una de las varias y antiguas capillas del claustro, la de Talavera. Está considerada como una de las piezas más originales de la catedral. Una de las peculiaridades de esta capilla --además del pendón comunero que alberga-- es que en ella se celebra aún el rito mozárabe.
   Antiguo calendario mural con las fechas de celebraciones en rito mozárabe
El Museo Diocesano alberga también piezas muy interesantes.

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