lunes, 25 de mayo de 2020

Arrolladora White Lines


 


Trepidante y entretenida esta serie (Neflix), ambientada en la isla de Ibiza, en los ambientes de música y drogas de sus discotecas frecuentadas por jóvenes de la Europa más consumista y desarrollada. Rodada en su mayor parte en inglés, disfrutamos de bellos paisajes y no menos bellas casas con piscina de ricos locales y europeos.

Una técnica narrativa basada en los relatos paralelos de acontecimientos de varias épocas. White lines nos cuenta la investigación de una joven de Manchester sobre el asesinato veinte años atrás de su querido hermano mayor. Este se vino a Ibiza a vivir la vida y, sobre todos, las fiestas legendarias.

Un puñado de personajes que se retroalimentan unos a otros y que, en su conjunto, nos dan una idea de un tipo de sociedad consumista y hedonista a cualquier precio, en la que el valor dominante es pasarlo bien, aprovechar el momento y dejar a un lado los prejuicios, sobre todo los morales.

Son diez capítulos que mantienen un ritmo frenético, con pocos bajones en la captación del espectador. Una banda sonora poderosa, unas interpretaciones que no están mal, una ambientación muy atractiva y el clásico “nada es lo que parece” y todos tienen mucho que esconder.

Confieso que la protagonista me resulta poco atractiva en su personalidad y creo que en ellas hay una clave oculta que puede confundir al espectador. Sin duda, no es tan buena como parece…

Guión y dirección de Alex Piña, el mismo de La casa de papel.