martes, 7 de septiembre de 2021

Clic, clic...

EN LAS democracias la gente se deja estafar con alegría. En las dictaduras, a regañadientes. Esta es una de las diferencias entre unas y otras.

AHORA la propaganda dice que todo está "a un clic". Pero, cuando te pones (qué remedio), descubres que en realidad son 20 o 30 clics y que el asunto, con suerte, te lleva un buen rato. Y a esto le llaman modernización.

COPIAR al vecino en un examen pasará a calificarse como “trabajar en equipo”. Qué menos en un país donde el presidente del Gobierno plagió su tesis doctoral y ahí sigue, dando lecciones de honestidad.

EL MENSAJE, no tan subliminal, es el siguiente: “Fijaos qué retrógrados son los talibanes respecto a las mujeres. Fijaos bien y os daréis cuenta, queridas, que vosotras no estáis tan mal, pese a que, entre el trabajo, los hijos y el hogar apenas tenéis tiempo para respirar. Consolaos con estas desgraciadas que viven debajo de un burka.”

AQUÍ, en el País Vasco, en lugar de quitar los peajes de las autopistas, como están haciendo en el resto de España, los están modernizando para que los cobros se hagan con mayor rapidez. Y todos tan contentos, oiga.

ESPAÑA es un país donde te puedes hacer famoso en poco tiempo con el único requisito de ser muy ignorante. La ignorancia nos encandila, quizá porque sirve para paliar nuestro tradicional complejo de inferioridad.

NO SE debe confundir el cinismo con la desvergüenza. El cinismo no está al alcance de cualquiera. La desvergüenza sí.

EN UN post que he publicado en Facebook, algunos me critican por haber escrito Hondarribia por Fuenterrabía. El nombre oficial, en los últimos tiempos, es Hondarribia. Sin embargo, el nombre tradicional de esta bella localidad guipuzcoana, al menos el que usamos los vecinos de la comarca, ha sido Onyarbi y de ahí, por similitud, el que haya utilizado la denominación Hondarribia.
    Todos los nombres de localidades en el País Vasco han sido euskaldunizados, haciendo un uso muy peculiar de la Constitución, que instituye dos lenguas oficiales. Sin duda sería muy engorroso llamar a cada uno de los pueblos con dos nombres, tal y como se hace con las capitales de provincia o territorio. Por ejemplo, Donostia/San Sebastián, Vitoria/Gazteiz, etc. Pero, optar sistemáticamente por la lengua minoritaria no me parece la mejor de las soluciones.
    En fin, esto viene a cuento de que cuando escribo en castellano procuro escribir los topónimos también en castellano, pero ello no quiere decir que no admita excepciones, simplemente porque mi muro de FB no es el Boletín Oficial del Estado y en él hago de mi capa un sayo, que no otra cosa es la literatura.

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