Abril de 1945. Los soldados del Ejército Rojo, que venían de pasar años muy duros y de un país en el que pocas cosas funcionaban, y esas pocas cosas daban miedo, mientras avanzaban por Alemania miraban a su alrededor. Según Grossman, “fue en Alemania, particularmente aquí en Berlín, donde nuestros soldados comenzaron a preguntarse por qué los alemanes nos atacaron tan repentinamente. ¿Por qué necesitaban los alemanes esta guerra tan terrible e injusta? Millones de nuestros hombres han visto ahora las ricas granjas de Prusia Oriental, su agricultura organizada, los cobertizos de hormigón para el ganado, salas espaciosas, alfombras, guardarropas llenos de trajes… Han visto las carreteras bien construidas que van de un pueblo a otro y las autopistas alemanas… Han visto las residencias de dos pisos con electricidad, gas, baños y hermosos jardines. Nuestra gente ha visto las villas de la rica burguesía de Berlín, el lujo increíble de los castillos, propiedades y mansiones. Y miles de soldados repiten esa misma pregunta cuando miran a su alrededor en Alemania: ¿Por qué vinieron contra nosotros? ¿Qué diablos querían?
Roberto Calasso, La actualidad innombrable, ed. Anagrama.