¿Creíamos que nos íbamos a librar de esta basura? Pues no. Sólo ha llegado un poco más tarde que al resto de España. Eso sí, con todas las bendiciones gubernamentales autonómicas. La imagen de las ovejas es muy efectista, sin duda. Pero donde ponen uno de estos monstruos desaparece la vida natural. Por no hablar del impacto sobre el paisaje. Se les llena la boca presumiendo de lo mucho que aman al país y luego lo destruyen impunemente. Pero, ¿a estas alturas, a quién le importa el paisaje y la naturaleza?