miércoles, 13 de marzo de 2024

Saura y Palazuelo

 


En los ochenta todo el mundo hablaba de Antonio Saura. Ahora ya nadie habla de él. No hay exposiciones suyas. Por el contrario, Pablo Palazuelo estuvo diez años desaparecido y ahora todos quieren algo suyo. Lo dice en una entrevista Isabelle Maeght, directora de la célebre galería Maeght parisina. Ella lo atribuye a la moda, pero hay que preguntarse qué hay detrás de la moda. Han cambiado los tiempos. Saura es volcánico, expresionista, sarcástico, impulsivo, gestual, reivindicativo, contestatario: los ochenta. Palazuelo es su opuesto: contenido, apolíneo, geométrico, lírico, meditativo, resignado: lo de hoy. Cada tiempo impone sus gustos.
Otro asunto interesante expone Isabelle Maeght. Se trata de la gran influencia de internet en el arte de nuestros días. Y esta observación que todo aficionado aprobaría: “La emoción que transmite una obra no la podemos percibir a través de la pantalla.” Internet ha promocionado y divulgado el arte, pero a la vez lo ha degradado, porque se ha perdido la carnosidad del arte en beneficio de una planitud sin alma.